lunes, 13 de septiembre de 2010

Chiste: Un peruano humanitario

Un peruano entra a una Comisari­a, en Argentina, se dirigio al comisario de turno y le dijo:
- Señor polici­a vengo a entregarme. Cometi­ un crimen y desde entonces no puedo vivir en paz.- Señor, aqui­ las leyes son muy severas y se cumplen, y si usted se inculpa a si­ mismo no habra¡ apelacion ni recurso legal que lo libre de una condena! - Atropelle a un chileno en la carretera, cerca a La Plata.
- Vea, amigo mio, ¿como puede usted culparse si esos chilenos atraviesan calles, caminos y carreteras a cualquier hora?
- Pero es que el estaba parado en la vereda. - Si estaba parado en la vereda es porque queri­a atravesar, y de no haber sido usted quien lo atropellara habri­a sido otro cualquiera. - Pero es que no tuve el coraje para avisar a la familia de aquel hombre. ¡Soy un criminal! - Amigo mio, si usted hubiese avisado habri­amos tenido una manifestacion popular con pancartas y represion, y habri­a muerto mucha gente. No, usted hizo bien; usted es un pacifista que merece una estatua. - Pero es que enterre al pobre hombre alli­ mismo, al borde de la carretera.
- Amigo, usted es, ademas, un gran humanista, pues enterrar a un chileno es cosa de benefactor. Cualquiera otro lo habria dejado alli­ mismo al alcance de perros u otros animales, posiblemente hasta buitres. - Pero es que mientras yo lo enterraba el gritaba¡ Estoy vivo! ¡Estoy vivo!�. - Le aseguro que era mentira, señor. ¡Estos chilenos son muy mentirosos

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