jueves, 15 de julio de 2010

Chistes verdes y rojos de viejitos muy graciosos


Un viejito de 80 años se levanta y se pone su abrigo. Su mujer le pregunta:
- “¿A dónde vas?”
El contesta:
- “Voy al médico”
Y dice ella,
- “¿Por qué? ¿Estás enfermo?”
- “No” replica él, “voy a que me recete una de ésas nuevas pastillas de viagra”
La mujer se levanta de su mecedora y se pone también su abrigo. El marido se extraña y le pregunta:
- “Y tú, ¿a dónde vas?”
- “También voy al médico” contesta ella.
- “¿Y por qué?”
- “Si tú vas a empezar a usar otra vez esa vaina toda oxidada, voy a que me pongan una antitetánica”


Llega una viejita a la cárcel el día de la visita conyugal y le dice al guardia:
- “Señor vengo a la visita conyugal”
El guardia asombrado le pregunta:
- “¿Pero señora, con quién?”
- “Con cualquiera, con cualquiera”


Una viejita, en la mitad de un servicio religioso, se inclina y le dice al oído al esposo:
- “Me acabo de tirar un pedito silencioso. ¿Qué hago?..

.” Y el marido le responde: - “Ahora nada, pero después, cámbiale las pilas al audífono”


Dos viejitas están cenando y una le dice a la otra: - Esta leche no está buena. Y la otra le responde: - Y mañana Navidad

Una paciente de sesenta años le pregunta al doctor: - “Oiga doctor, cuando subo la pendiente para llegar a mi casa me fatigo muchísimo, ¿Qué me aconseja tomar?”
Y el médico le responde:
- “Un taxi, señora”

Una pareja de ancianitos llega un restaurante. El viejecito llenaba a la ancianita de atenciones, y se dirigía a ella con palabras de inmenso cariño:
- “Ven, mi vida... siéntate, mi cielo... ¿Estás a gusto, reina?... ¿Quieres pedir, ángel?”
El mesero observaba aquello y estaba impresionado. Poco después la viejecita se levantó de la mesa para ir al baño. El mesero, sin poder contenerse, encara al ancianito y le pregunta:
- “Perdone usted la indiscreción: ¿Cuántos años tienen ustedes de casados?”
- “Estamos celebrando 65 años de matrimonio”
- “¡Caramba, señor!” dice el mesero “Estoy conmovido. Sesenta y cinco años de casados, y con cuánto amor le habla usted a su esposa: 'Mi vida'...'Mi cielo'... 'Mi reina'... Mi ángel'...”
El viejecito le pide al mesero que se acerque y con tenue voz responde:
- “Es que ya no me acuerdo como se llama”

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