sábado, 1 de mayo de 2010

Chistes verdes y rojos de viejitos inocentes




Va una ancianita al doctor para que le ayude a revivir el apetito sexual de su marido.

“¿Que tal si probamos el Viagra?” le dice el doctor.
“No hay manera”, dice la ancianita “Mi marido no toma ni aspirina para el dolor de cabeza”
“No hay problema” dice el doctor “Echesela en el café sin que se de cuenta. Regrese en una semana para ver como le fue”
A la semana vuelve la ancianita donde el doctor y le dice:

“Ay doctor... FUE HORRIIIBLE... FUE HORRIIIIIIIBLE, esto del Viagra”
“Pero ¿que fue lo que pasó?” pregunta el doctor “¿Siguió mis indicaciones al pie de la letra?”
“Shi, como no doctorshito” dice la ancianita “She lo eché en el café shin que she diera cuenta y el efecto fue inmediato. She levantó de la shilla, tiró todo lo que estaba sobre la mesha al pisho, me arrancó toitita la ropa, me shubió a la mesha e hishimosss el amor de forma apashionada. FUE HORRIIIIIIBLE doctor, FUE HORRIIIIIIBLE”
“¿Pero que fue lo horrible?” pregunta el doctor “¿Fue malo el sexo?”
“No, doctor” responde la ancianita “Fue el mejor sexo que hayamos tenido en 25 años, pero creo que no voy a tener cara para regresar nunca mas al MacDonald”





Iba un viejito por el bosque cuando escuchó a sus pies una débil voz. Se agachó y descubrió que quien le hablaba era una ranita. La ranita le dice:

“Soy una princesa hermosa, erótica y sensual, diestra en todos los placeres de la carne y el amor. La reina mala, envidiosa de mis encantos, me convirtió en rana, pero sí me das un beso, volveré a ser quien era y te daré todos los goces y deleites que mi voluptuoso temperamento y mi ardiente concupiscencia pueden producir”
El viejito levanta la rana y se la echa en el bolsillo. Asoma la cabeza la ranita y le pregunta muy desconcertada: - “¿Qué?¿No me vas a besar?”
- “¡No!” respondió el viejito. “¡A mi edad es más divertido tener una rana que habla, que una maniática sexual...!”






El doctor, después de ver la Historia Clínica de su paciente, le pregunta:
- “¿Fuma?”

“Poco”
“Pues, considérelo y déjelo ¿Bebe?”
“Poco”
“Pues, considérelo y déjelo ¿Practica algún deporte?”
“Ninguno”
“Pues, considérelo y hágalo ¿Tiene sexo?”
“Poco”
“Pues, considérelo. Tenga sexo, mucho sexo... ¡¡lo más posible!!”
Regresa el tipo a su casa y le cuenta a su mujer:
“El doctor me recomendó dejar el tabaco, la bebida, hacer deporte y sobre todo, tener sexo, mucho sexo, todo el que sea posible” Dicho lo anterior, se mete a la ducha, momento que la esposa se frota las manos, se pone baby-doll, se perfuma y pinta provocadoramente, esperando que salga su marido del baño. Éste sale y empieza a vestirse, a perfumarse, poniéndose su mejor traje. La esposa sorprendida, le pregunta:
“¿A dónde vas?”
“Te dije que el doctor sugirió tener sexo, mucho sexo, lo más posible...”
- “Sí, mi amor. Eso fue lo que te escuché y por eso me puse así para ti”
- “Ay, Francisca... tú siempre creyendo en los remedios caseros”






Un anciano le dice a su amigo de 80 años:

- “He oído que te vas a casar”

“¡Sip!”
“¿La conozco?”
“¡Nop!”
“¿Es guapa?”
“En realidad no”
“¿Cocina bien?”
“No, no cocina bien”
“¿Tiene mucho dinero?
“Nop, pobre como un ratón”
“Bien, entonces ¿es buena en la cama?”
“¡¡No lo sé!!”
“¿Por qué diablos te vas a casar con ella entonces?
“¡Porque todavía puede manejar!”


El viejo acaba de morir. El cura en la ceremonia se manda con los elogios:

“¡¡El finado era un buen marido, excelente cristiano, un padre ejemplar!!...”
La viuda voltea hacia uno de sus hijos y le dice al oído:
“Anda al cajón y mira si es tu papá el que está adentro...”





Un anciano de 90 años llega al médico para su chequeo de rutina. El doctor le pregunta:

“¿Cómo se siente?”
“Nunca estuve mejor” le responde “Mi novia tiene 18 años. Ahora está embarazada y vamos a tener un hijo” El doctor se queda pensando por un momento y dice:
“Permítame contarle una historia: Un cazador que nunca se perdía la temporada de caza, salió un día tan apurado de su hogar, que se confundió, tomó el paraguas en vez del rifle. Cuando llegó al bosque, se le apareció un gran oso. El cazador levantó el paraguas, le apuntó al oso y disparó. ¿A que no sabe que pasó?”
“No sé” responde el anciano.
“Pues, el oso cayó muerto frente a él”
“¡Imposible!” exclama el anciano “Alguien más debe haber disparado”
“A ese punto es donde quería llegar ¡¡¡Viejito Pelotudo!!!”

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